Consejos para el cuidado de los pies de gato

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Existen multitud de opiniones sobre el tallaje de los pies de gato y sobre si éstos deben apretar mucho o no al calzarlos. La opinión más generalizada es que cuanto más apretado quede el pie dentro del calzado mejor sensibilidad se tendrá a la hora de escalar. El dolor puede acabar jugando una mala pasada, provocando callos, deformidades en los dedos de los pies, sangrados bajo las uñas, etc. Actualmente todas la marcas punteras fabricantes de pies de gato del mercado, entre las que se encuentra Butora, ofrecen una gama de modelos muy técnicos pero a la vez muy cómodos. Se ha derribado el mito de bajar muchos números de pie para encontrar la máxima sensibilidad y rendimiento, el diseño y la construcción de los mejores pies de gato ya no obliga a ello. Pero... ¿qué hay acerca de cómo cuidar los pies de gato?, ¿cómo evitar los malos olores? Son temas de los que los escaladores no hablan tanto. El cuidado de los pies de gato Es evidente que durante el paso del tiempo la mayoría de los pies de gato acaban produciendo desagradables olores debido al sudor, restos de piel, polvo, etc. Y la pregunta es: ¿qué se puede hacer para evitarlo? Muchos escaladores han desarrollado sus propias técnicas para luchar contra los malos olores (polvos de talco, sprays, ...), ¿pero es suficiente? Prácticas recomendadas:

  • No calces los pies de gato entre escaladas. Permitirás que tanto tus pies como los pies de gato estén frescos y secos.
  • Limpia el interior de los pies de gato con un paño húmedo después de un día de escalada y deja los pies de gato en un lugar fresco y seco. Evita que les toque el sol directamente.
  • Limpia con un cepillo la partes exteriores menos accesibles de los pies de gato. Puedes diluir unas gotas de alcohol en el agua que utilices para mojar el cepillo.
  • Limpia la goma de las suelas al final del día de escalada. Puedes utilizar un paño húmedo o un cepillo. Así se elimina el polvo y otra suciedad incrustada en la goma y se recupera la adherencia de la suela.
  • No guardes los pies de gato dentro de la mochila o el petate. Al acabar la jornada de escalada déjalos en un lugar fresco y seco. Así se minimiza la aparición de malos olores.
  • Durante el transporte de los pies de gato, colócalos en la parte alta de la mochila, evitando así que elementos pesados los aplasten.
  • Utiliza polvos desodorantes (de composición suave) o en spray para minimizar el olor. También puedes introducir papel secante dentro de los pies de gato durante los días que no los utilizas. Así se mantendrán más frescos y limpios. Además puedes utilizar un spray anti hongos para eliminar los gérmenes.
  • Asegúrate de que las suelas están limpias antes de empezar a escalar.
  • Considera la posibilidad de resolar los pies de gato antes de que quede muy poca goma en la suela o puntera.

Prácticas no recomendadas:

  • Lavar los pies de gato fabricados en piel en la lavadora.
  • Caminar con los pies de gato calzados por el pie de vía cuando no estás escalando. Algunos escaladores llevan pequeñas alfombras sobre las que se calzan los pies de gato antes de empezar a escalar. El polvo y la suciedad influyen en la adherencia de las suelas, disminuyendo el rendimiento de los pies de gato.
  • Guardar los pies de gato en la mochila o petate durante largos periodos de tiempo. Cuanto más tiempo estén expuestos al aire, menos olores desarrollarán. Además, según como se guarden en la mochila, si existen otros elementos pesados encima (mosquetones, cintas exprés, cuerdas, botellas de agua ...), los pies de gato pueden acabar perdiendo su forma original.
  • Dejar los pies de gato dentro del coche o el maletero expuestos a altas temperaturas. La calor extrema puede deformar la goma. De hecho, piensa que la aplicación de calor es una de las técnicas que utilizan los expertos en resolado para separar las suelas del resto del calzado durante el proceso de reparación.